Vallejo y la poesía como experiencia de vida la vida
A veces utilizo poesía en mis clases de español. Aunque solo es posible hacerlo con alumnos intermedios/avanzados, resulta interesante exponer a un alumno a un uso del lenguaje puramente expresivo. Resulta artificial siempre utilizar ejercicios de libro de lenguaje, que usualmente presentan frases y oraciones fuera del contexto del uso práctico de la lengua y, muchas veces, ejemplos que ningún hablante nativo utiliza. Encontré hace algún tiempo en la poesía de César Vallejo, poeta peruano de inicios del siglo XX, un excelente material para presentar al estudiante interesado.
La poesía de Vallejo es casi conversacional, presentando un yo lírico que se pregunta y responde, como en un monólogo interior, como en una búsqueda de sentido, muy natural y sin demasiadas pretensiones. Por otro lado, encuentro que en la poesía de Vallejo, uno puede llegar a percibir una experiencia muy particular y rica de la vida. La existencia vallejeana es una experiencia de placer, dolor y, siempre, de aprendizaje.
El límite expresivo: Yo no sé…
Para ejemplificar, el poema más famoso de Valejo:
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son. Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Estos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
El poema comienza con una búsqueda. Se presenta como si fuera un intento de encontrar una explicación. Al decir “Hay golpes en la vida, tan fuertes…”, la voz lírica intenta hablar de una encrucijada existencial en donde el dolor es un tema esencial de la vida. Sin embargo, fracasa al no poder encontrar una explicación satisfactoria. Esto se ve en los tres puntos, un suspenso en donde la voz lírica busca una definición o un ejemplo. El “Yo no sé!” refleja la frustración de los límites del lenguaje, que no son capaces de mostrar esta encrucijada existencial, el golpe de la vida.
El resto del poema es una elaboración de este intento. La voz lírica busca alguna imagen que explique estos golpes: el odio de Dios, las zanjas en el rostro, las crepitaciones del pan que se quema… La última estrofa presenta una imagen del ser humano en donde el golpe existencial lo impacta dejándolo perplejo ante su propia humanidad y fragilidad. El último verso presenta el mismo intento que el primero, y nuevamente muestra el fracaso del lenguaje por expresar este contenido inconmensurable.
Aprender a expresar y aprender a entender
Definitivamente un poema puede ser complicado para un estudiante de español como segunda lengua. Sin embargo, el objetivo no es que comprenda al 100% el contenido del poema. De hecho debe quedar en claro que ni siquiera muchos hablantes nativos son capaces de lograr esa comprensión total, si es que existe tal cosa en poesía. El punto del ejercicio es demostrar diferentes maneras de expresarse a través del lenguaje. El punto es precisamente ayudar a encontrar una voz propia al estudiante.
El resultado de este ejercicio debería ser una creación poética propia. Definitivamente no estamos buscando calidad literaria, solamente hacer que el estudiante rompa la rigidez e incomodidad natural de cualquiera que se inicia en una nueva lengua. A veces hay que perder esta estructura y dejar que el estudiante juegue con el idioma. Así como Vallejo, buscar un límite expresivo propio, ver hasta dónde puedo decir y expresar.