Interculturalidad y educación
El tema de la interculturaldiad es de común presencia en los debates educativos actuales. No solo en América del Sur, en donde la educación intercultural bilingüe ha tenido un papel fundamental, para bien y para mal, durante el siglo XX, sino también en espacios donde se plantean modelos educativos más modernos (como Canadá, Nueva Zelanda o Australia, todos países que buscan activamente la descolonización) o hasta en programas internacionales de educación como el Bachillerato Internacional. Se habla, al mismo tiempo, de valores educativos como la democracia, la internacionalización y la conexión con la comunidad. Sin embargo, el concepto de interculturalidad resulta bastante complejo y vale la pena revisitarlo para pensar su valor en cualquier modelo educativo que se persiga, tanto para los hijas e hijos como para los proyectos a nivel de cada nación.
Algunos mitos de la interculturalidad
Lo primero que se encuentra al googlear la palabra interculturalidad son imágenes que muestran jóvenes o niños con evidentes diferencias fenotípicas. Normalmente se asocian ciertos colores de piel o ciertos accesorios a diferencias culturales. Visto desde esta perspectiva, se entiende que la interculturalidad se basa en la tolerancia a personas y costumbres diferentes a las propias. El problema aquí está el concepto de tolerancia, que puede verse como respeto a lo ajeno o también como aguantar con paciencia una situación indeseable. Así, la interculturalidad se ve reducida a aguantar lo que consideramos diferente, sin cuestionar que en la percepción de diferencia ocurre, comúnmente, un proceso paralelo de minimización. En otras palabras, ser tolerante es lidiar con aquello que puede ser percibido como inferior o hasta menos educado (aquello que tiene menos cultura). Por supuesto, la interculturalidad más bien apunta a otro tipo de convivencia, no una en donde hayan tensiones reprimidas, sino a una en donde lo ajeno no es percibido como lo otro, sino simplemente ajeno.
Interculturalidad, lengua, y Lima
Este tema sin duda da para mucha reflexión y resulta fundamental en cualquier entorno como el peruano, en donde la colonialidad de nuestra historia nos ha puesto en un lugar privilegiado y al mismo tiempo complejo. Donde en un solo espacio habitan gentes llamadas por un mismo gentilicio, que tienen una misma nacionalidad, regidos por una sola carta de leyes y normas, ahí habitan culturas tan diferentes que no son capaces de entenderse. Esta forma toma un reto que llamamos interculturalidad. Y como con cualquier asunto, hay que comenzar definiéndolo y cuestionándolo, no hay mejor que un filósofo para hacer esta tarea. En esta breve clase maestra, Fidel Tubino habla sobre el problema de la interculturalidad en el Perú, poniendo algunos temas en claro y dejando preguntas abiertas.