¿Qué liderazgo se busca en la escuela?
El tema del liderazgo educativo está en las agendas de muchos países a nivel de creación de políticas nacionales desde hace ya más de una década. La investigación muestra, desde los años 80, una relación directa entre el liderazgo y el logro de aprendizajes, sin embargo, todavía se discute qué tipos de liderazgo son los más convenientes para lograr que la escuela se convierta en un centro eficaz de instrucción.
Actualmente, se propone que un liderazgo instruccional, centrado en los aprendizajes y orientado hacia el desarrollo pedagógico de los docentes, es el camino a seguir. La práctica misma de este modelo de liderazgo implica a un director involucrado con docentes y alumnos, al tanto del desarrollo cotidiano de las clases, más que preocupado por ser un administrador eficiente. De esta forma, se recomienda que el director siga un estilo colaborativo o democrático de liderazgo, en donde la toma de decisiones es compartida con los principales actores de escuela: docentes, personal administrativo, estudiantes, adres de familia y comunidad.
Estudios hechos por expertos en el tema, como el Dr. Philip Hallinger que creo el cuestionario PIMRS de medición de la eficacia del líder en la escuela o la Dra. Viviane Robinson de la universidad de Auckland, y también por organizaciones internacionales, como UNESCO y BM, han medido la eficiencia de líderes de este perfil, demostrando que su influencia sobre el desarrollo profesional de los docentes y el aprendizaje de los estudiantes es positivo. Sin embargo, este no es necesariamente el estilo que más predomina en el contexto latinoamericano, y peruano en particular.
Otros modelos de liderazgo educativo
Por lo general, se ha representado al líder educativo desde una perspectiva de liderazgo transformacional. En términos más simplificados, el director como guía y héroe de la mejora de una escuela. Esta es sin duda una representación romántica del líder, en donde la agencia en la toma de decisiones de la organización recae en una sola persona. De esta forma, no se concibe a la escuela como un sistema autosostenido, pues desde esta perspectiva, sin el líder la organización no funciona. Lo que la investigación ha puesto en duda es la centralidad del rol del director, demostrando que los verdaderos protagonistas de los aprendizajes son los estudiantes y los docentes, y que es en el aula en donde se dan los verdaderos cambios. El rol del líder educativo se debe centrar entonces en garantizar las condiciones para que el aula funcione constantemente bien.
El otro estilo de liderazgo educativo que prima en la escuela pública peruana es el autoritario, en donde el director asume un rol de jefe e impone sobre el personal las decisiones. Aunque falta estudiar si esto se trata de una tendencia cultural, no cabe duda de que la alta carga administrativa que tiene esta función a nivel organizacional convierte al director en un burócrata, teniendo que cumplir requerimientos normativos antes de encargarse de cuestiones pedagógicas. Aunque el Minedu ya está trabajando por desburocratizar al director, no cabe duda de que la falta de opciones para toma de decisiones a la que se enfrenta un director con alta carga burocrática, no lo ayuda a seguir un modelo más democrático de liderazgo.
Hacia un liderazgo intercultural
Para terminar esta reflexión, me queda proponer una idea luego del estudio del tema de liderazgo educativo. Aunque las investigaciones a nivel mundial sugieren que este liderazgo pedagógico basado en principios organizacionales y operativos democráticos, cabe decir si verdaderamente podemos hablar de un modelo ideal de liderazgo. Si algo demuestra los años de investigación cualitativa y cuantitativa es que no todos los entornos educativos tienen las mismas necesidades. Se ha reconocido que hay que asumir diferentes modelos en diferentes etapas. Sin embargo, creo que no se ha considerado a fondo el problema desde una perspectiva cultural y solo se asume el reto de liderazgo desde una perspectiva administrativa y organizacional.
No hay que olvidar que toda organización es un sistema social, y como tal está atada a un entorno y una época específica, afectada por factores políticos, económicos y sociales que van más allá de los objetivos abstractos (misión y visión) que puede tener cada institución. Además, hay que recordar que la escuela, como organización orientada a brindar un servicio social básico, es una organización de carácter especialmente flexible y cambiante: no solo educamos a generaciones que cambian constante y abruptamente, sino educamos para un futuro que desconocemos.
Teniendo en cuenta esto, y el hecho de que el Perú es un país culturalmente heterogéneo y aun en conflicto con su herencia colonial, creo que se hace necesario investigar el liderazgo educativo desde una perspectiva intercultural. Asumimos que los modelos que la investigación promueve son los más eficaces para los fines de la escuela pública, sin embargo no estamos considerando cómo estos modelos de liderazgo educativo van a ser recibidos y apropiados por comunidades que, por razones culturales, tienen grupos de valores muy diversos. Es necesario preguntar qué es liderazgo y cuáles son las mejores maneras de practicarlo en entornos educativos a los mismos actores, pues imponer modelos occidentales, aunque estén profundamente estudiados en sus entornos de origen, puede resultar siendo una extensión de dominación post-colonial.